LA LECCIÓN DE VIDA DE YVETTE CASTILLO Y BIG LITTLE JC ASSOCIATION

Lidia Villamizar, Camila Carstens e Yvette Castillo

La época navideña es un momento oportuno para reflexionar y evocar nuestro lado más humano sensibilizándonos con las causas ajenas. Por esto y más conversamos con Yvette Castillo, una mujer de gran entereza que ha logrado traducir sus propias lecciones de vida en un servicio a la comunidad.


En el año 2006 Yvette Castillo tenía 26 años y residía en la Florida junto a su esposo. Llevaba el estilo de vida que se podría esperar de una mujer joven, activa y altamente preparada en lo profesional. La abogada venezolana se desempeñaba en ese momento como gerente comercial de una importante empresa en la ciudad de Miami. Yvette admite que era una adicta al trabajo, pero que también se ejercitaba y comía sano. A solo dos meses de dar a luz a Camila, su primera hija, Yvette fue diagnosticada con una enfermedad llamada colitis ulcerativa, y se encontraba entre un 10% de personas que la padecía en su forma más severa.

Esta afección compromete gravemente la salud de los pacientes, al ser una enfermedad que ataca el aparato digestivo y es autoinmune, por lo que además tienen que hacerle una mastectomía en uno de sus senos. Yvette asegura que junto a su familia intentó todas las opciones que la medicina tradicional podía brindarle para el momento, lo que la llevó a realizarse un transplante de células madres en el colon. Esto logró que Castillo entrara en remisión para el año 2007, luego de estar 9 meses en cama sometiéndose al tratamiento, tiempo en el que también asegura haberse reencontrado con la fe cristiana.

Después de ese duro capítulo en sus vidas, la pareja conformada por Yvette y Franz Carstens se muda a Houston y decide buscar su segundo hijo. A los cuatro meses de embarazo la enfermedad de Yvette, “dormida” por la remisión, se reactiva, y al quinto mes le informan que su bebé vendría al mundo con un padecimiento grave. Ella misma nos cuenta que en el 2010 entendió que lo que a ella le había pasado tenía un propósito mayor: prepararla para la lucha más desafiante de su vida, la enfermedad de su hijo Jesús.

Después de dar a luz, Yvette y su hijo entran al mismo tiempo en cuidados intensivos. A Yvette le remueven algunos órganos del aparato digestivo y sale del estado crítico de salud; por otro lado, llega desde Suiza un diagnóstico completo de las afecciones de Jesús. Displacia campomélica y la mutación de un cromosoma nunca antes reportado en el mundo es el dictamen de los doctores. Los médicos temían que el recién nacido no viviría más de dos meses, sin embargo la familia Carstens-Castillo decidió luchar contra todo pronóstico. El niño hoy tiene 6 años de edad.

Yvette y Franz se plantean entonces una noble meta: crear una fundación que ayudara a familias que estuviesen atravesando por las mismas dificultades que ellos. Así surge en el 2011 Big Little JC Association, una organización sin fines de lucro que busca no solo atender las necesidades de niños médicamente dependientes; también dar apoyo económico y moral a los padres, al mismo tiempo que concientizan a toda la comunidad sobre esta realidad que afecta a muchos núcleos familiares.

“Big Little JC es una organización muy pequeña en recursos económicos porque solamente depende del recurso privado, pero es muy grande en soluciones… siempre buscamos ayudar. Y si nosotros no estamos capacitados, los llevamos de la mano a otras organizaciones con más recursos…” afirma Yvette, quien con mucha insistencia nos dijo que nunca hubiese podido superar sus propios obstáculos y llevar a cabo esta tarea sin Dios y su familia. Asimismo, rechaza tener protagonismo al hablar de Big Little JC y reconoció con mucha emoción el rol esencial que han tenido en toda esta travesía “…el Doctor Ricardo Mosquera, Mercedes Alejandro, todos los miembros del board de la asociación, los voluntarios de los eventos y el grupo de apoyo y los patrocinantes.”

Actualmente Yvette es una mujer saludable que divide su tiempo entre la fundación, la familia (hace homeschooling con su hija Camila), y un voluntariado en la iglesia educando a niños y jóvenes. “Solamente sirviendo puedes hacer de una situación difícil el motivo para ser feliz”, aseveró Castillo, quien le puso fin a nuestra entrevista con esta conmovedora frase.


Para comunicarte con Yvette Castillo, puedes escribir al correo electrónico ycastillo@biglittlejc.org o llamar al (832) 891-5096. También puedes visitar www.biglittlejc.org