VIAJES


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RUSIA: UN DESTINO TURÍSTICO CON MUCHO ESTILO


Este mes Karina Barbieri nos transporta a Moscú y San Petersburgo, dos ciudades cargadas de tradición e historia dentro del país más extenso del mundo.

Por Karina Barbieri


Los viajes para mí son experiencias únicas y llenas de emoción. Con esta emoción sorprendí a mis hijos, quienes estaban visitándome, para que se prepararan porque ¡nos íbamos a Rusia! Hubiera querido que compartieran esta emoción, pero no solo no la compartieron sino que preferían no ir.

San Petersburgo, nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad, para mí es la gemela de París por la emoción que se vive en ambas

Sin embargo, ahora que me visitaban, no iba a permitir que más de 9500 kilómetros de distancia nos separaran. Así que después de dos largos vuelos desde Houston llegamos a Moscú, una imponente ciudad, en donde solo me permito dormir 4 horas al día para disfrutar al máximo de su oferta. Simplemente el Kremlin merece varias visitas por la amplia riqueza cultural e histórica que guarda. Mi cariño por Moscú viene de cuando obtuve una beca para estudiar ballet en el Teatro Bolshoi. Ahora que tengo oportunidad de compartir este recuerdo con mi hija, en primera fila, se juntan muchas emociones enmarcadas por uno de los recintos culturales más hermosos del mundo.

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San Petersburgo

De un lado a otro me desplazo en el metro, uno de los transportes más ordenados y puntuales del mundo, con una sincronización entre sus rutas que es digna de detenerse a admirar. En mi lista de lugares favoritos, porque me hablan de las tradiciones religiosas de este país, está también la Catedral de San Basilio que arrebata suspiros sobre todo en la noche. La Catedral de Cristo Salvador y el Convento de Novodevichy son lugares que me gusta explorar por dentro y descubrir cada rincón que nos habla de la historia de este pueblo.

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Karina Barbieri en Catedral de la Dormicion, Moscú

En mis viajes el shopping no puede faltar, así que, para conocer la moda de esta parte del mundo, recorremos una y otra vez la Plaza Roja, quizá el sitio más emblemático de Moscú, en donde se encuentra un centro comercial solamente con lo mejor.

San Petersburgo, nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad, para mí es la gemela de París por la emoción que se vive en ambas. Me fascina ver como a las 11 de la noche en verano el cielo sigue blanco, de ahí las Noches Blancas tan famosas en el mundo. El Río Neva atraviesa el centro de la ciudad y esto me encanta porque los ríos dentro de las ciudades te dan la oportunidad de disfrutarlas desde otro ángulo; un crucero por el río. Entre las visitas obligadas con la familia están el Museo de Hermitage y el recorrido religioso por la Catedral de San Pedro y San Pablo, la Catedral de San Isaac, la Catedral de Nuestra Señora de Karzan y mi favorita, la Iglesia del Cristo Salvador sobre la Sangre Derramada con todo su arte sacro por dentro y una arquitectura única admirable por fuera. Al igual que Moscú, nos desplazamos en el metro de San Petersburgo, comparable con un palacio por sus pisos y paredes de mármol en donde me reflejaba en su brillo.

Sin duda Moscú y San Petersburgo son espectaculares, mágicas e hipnotizantes, llenas de mucha elegancia y distinción. Ahora Rusia se volvió un país difícil de olvidar para toda la familia.


Karina Barbieri es una viajera fashionista. Puedes contactarla escribiéndole a karinabarbieri_2@yahoo.com