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RECOMENDACIONES PARA CONTROLAR LOS BERRINCHES DE NUESTROS HIJOS


Muchas veces cuando nuestros hijos empiezan a llorar por tratar de controlar la situación perdemos noción de lo que está sucediendo y se convierte en una pelea de quien tiene el poder. En esta ocasión, nuestra columnista Susy Cabrales nos brinda las herramientas necesarias para atender estos casos.

Por Susy Cabrales


La edad temprana entre 0 y 5 años es primordial en el desarrollo del ser humano. También es  un momento donde los padres estamos intentando no perder la paciencia mientras tratamos de entender el mundo desde la perspectiva de un niño.  Los berrinches nos suceden a todas y usualmente caracterizan a los niños que atraviesan dos y tres años. Mientras vamos de compras en el supermercado, cuando intentamos oír  música en el auto, unos cuantos minutos antes de salir de la casa, al intentar vestirlos y por supuesto en reuniones sociales.

Durante los dos y tres años, los niños están tomando conciencia de su identidad.

¿Cómo los manejamos? Lo primero es saber que no tenemos que solucionarlo en segundos, aun estando en lugares públicos. A veces, por intentar acabar el momento de gritos y patadas optamos por darles ese objeto que quieren, comprarle aquel juguete, o dejarlos ir donde quieran ir. En ese momento, hemos premiado sin siquiera intentar conversar o entender la causa del berrinche. Hemos dejado pasar una oportunidad de crecimiento y desarrollo.  Durante los dos y tres años, los niños están tomando conciencia de su identidad. Saben y entienden que pueden controlar ciertas cosas y efectivamente comienzan a tener emociones en relación a su entorno.  

Al observar en que momento nuestro hijo pierde el control y comienza a llorar podemos tener una mayor posibilidad de identificar cual es la causa. No pretendemos encontrar lógica común, ya que las causas que los ponen tristes, rabioso o frustrados en los niños no necesariamente tendrán sentido de lógica para nosotros.  Esto no quiere decir que no sean importantes para ellos. Sin embargo, al identificar la causa y el sentimiento probable, podemos afirmar sus sentimientos, validar y repetir en voz alta que entendemos que están tristes o rabiosos si es el caso. Tomar unos segundos para validar el sentimiento ayuda al niño a hacer conexiones y baja su ansiedad. Luego, se le pueden presentar dos opciones. Quizá ninguna de las opciones es la que el niño quiere,  sin embargo como padres podemos escoger opciones positivas y darles control de elegir. Muchas veces en el intento de manejar un berrinche perdemos noción de lo que está sucediendo y se convierte en una pelea de quien tiene el poder. Es ahí como perdemos la paciencia y la oportunidad de enseñar nuevos comportamientos. Un berrinche en la edad temprana de acuerdo a la madurez de cada niño, normalmente no es una pelea de poder. Es una manifestación de emociones en un momento dado el cual el niño aún no sabe manejar. Evidentemente, a veces los berrinches se intensifican por falta de nutrición o sueño. Las necesidades básicas son  vitales en el manejo óptimo de emociones y acciones y siempre debemos asegurarnos de cumplir con estas.

Usar palabras específicas para describir sentimientos y  repetir verbalmente lo sucedido es extremadamente importante. Idealmente, en otro momento de ese mismo día y esa semana podemos verbalizar que nos encontramos tristes o rabioso por alguna situación, sin embargo, no hacemos un berrinche. La idea no es explicar el proceso pero modelar el comportamiento durante el proceso. Cuando menos lo esperas, tu hijo comenzara a usar las palabras y tanto su vida como la tuya será mucho más fácil. La edad temprana pasará, pero la oportunidad de influenciar de manera abrumadora el cerebro y las emociones de tu hijo es en esta precisa etapa. No te apures y aprovéchala.


Susy Cabrales es educadora y fundadora de la empresa Creative Tutoring.
Puedes escribirle a susycabrales@gmail.com o visitar su página web en www.creativeeducationgroup.com