CUIDADO CON LAS FRUTAS Y VERDURAS CON MAYOR RESIDUO TÓXICO

 

En esta oportunidad, nuestra columnista de nutrición nos explica detalladamente los peligros de los residuos tóxicos provenientes de pesticidas en frutas y verduras.

Por Isela Febres


En la agricultura convencional, las frutas y verduras pueden contener residuos tóxicos provenientes de pesticidas utilizados durante su cultivo. En primer lugar debemos establecer una distinción entre agricultura convencional y orgánica. La primera, es la producción de frutas y verduras de forma intensiva, es decir, en grandes extensiones. Normalmente se siembra un solo tipo de cultivo y requiere gran cantidad de aplicaciones de pesticidas, así como de fertilizantes sintéticos.  La segunda, conocida como agricultura orgánica, está regulada y requiere practicas especiales que no permiten el uso de pesticidas o al menos de forma muchísimo mas restrictiva. Adicionalmente, las prácticas agrícolas en este tipo de cultivos son mas amigables con el medio ambiente. Se utilizan abonos naturales como el compost en lugar de fertilizantes sintéticos. Esto permite que tanto suelo como agua no se contaminen y así obtener un producto “limpio” o libre de residuos dañinos para la salud. Estas prácticas naturales, lamentablemente encarecen la producción, puesto que existen mayores perdidas por plagas con respecto a la agricultura convencional.

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Esta es lista de productos que debería tratar de comprar orgánicos, ya que requieren grandes y diversas aplicaciones de pesticidas:
Fresas, Manzanas, Nectarines, Duraznos, Apio, Uvas, Cerezas, Espinacas, Tomates, Pimiento dulce, Tomates cherry y Pepinos

Y la lista de los más limpios:
Aguacate, Maíz o elote, Pina, Col, Arvejas, chicharos, Cebollas, Espárragos, Mangos, Papayas, Kiwi, Berenjenas, Melón Honeydew, Toronjas, Cantaloupe y Coliflor

La pregunta clave es ¿por qué se permite el uso de pesticidas tóxicos en la agricultura moderna? La respuesta no es simple. Recordemos que la gran mayoría de personas no producen su propio alimento.  El numero de agricultores en los Estados Unidos se ha reducido descomunalmente. En el censo de 2012 habían solo 3.2 millones de agricultores americanos en una población de mas de 300 millones. En 1850, el 46% de la población americana se dedicaba a la agricultura. Quiere decir, que tan solo el 1% de la población actual produce alimentos para el grueso de la población.

Esto se debe entender de la siguiente manera: La agricultura ha evolucionado de manera tal que se ha maximizado la producción por área de cultivo. No se puede arriesgar la perdida de producción por insectos y plagas en general. Por ende, lamentablemente es necesaria la aplicación de pesticidas. El agricultor moderno tiene que minimizar sus costos para obtener ganancia. Los pesticidas de alguna forma aseguran cosecha, evitando el daño por insectos y plagas en general.  Hay que tener en cuenta también que la figura del agricultor del siglo pasado difiere del actual en que son grandes corporaciones con alta tecnología, mecanizada y  con uso mínimo de personal las que producen los cultivos más importantes del país, como es el caso del maíz, soya, trigo, entre otros. De ahí, surge la pregunta si este tipo de “agricultor” estará interesado en el bienestar del consumidor final o mas bien en las ganancias a fin de campaña.

Se recomienda el consumo de productos orgánicos en la medida de lo posible o quizás producir algo en su propia huerta

Por otro lado, se debe tener en cuenta que todos los pesticidas que se aplican en la agricultura están registrados y deben ser aplicados dentro de los marcos legales. Es decir, hay un límite máximo de residuos (LMR) admitidos en la producción de frutas y verduras que supuestamente no deberían afectar a la salud del consumidor final. Sin embargo, estos limites residuales se establecen en base a estudios con roedores y son bastante laxos en el sentido que por ejemplo, en el caso de la fresa o frutilla se pueden encontrar un “cocktail” de pesticidas que en una sola muestra dio un resultado de 17 diferentes pesticidas.

De acuerdo a EWG (Environmental Working Group), entre los pesticidas más aplicados en fresas se tiene:

– Carbendazim, un fungicida que es un disruptor hormonal que ha sido prohibido en la Unión Europea.

– Beifenthrin, un insecticida carcinógeno para humanos y Malathion, también carcinógeno de acuerdo al Instituto de Investigación para el Cáncer (International Agency for Cancer Research).

A partir de la información proporcionada anteriormente, se recomienda el consumo de productos orgánicos en la medida de lo posible o quizás producir algo en su propia huerta. Dado que las frutas y verduras orgánicas tienen mayor precio, es  mejor comprarlas en temporada,  por ejemplo en el invierno los cítricos tienden a bajar de precio porque es en esa época del año donde se producen grandes cantidades. Las uvas por el contrario gozan de menor precio en el verano.


Isela Febres es ingeniera agrónoma y amante de la buena alimentación. Para contactarla, puedes escribirle al correo electrónico iselafebres@yahoo.com