UNA TRADICIÓN DE LA ABUELA QUE TE SORPRENDERÁ

 


Por Isela Febres


El invierno trae consigo una sensación de estar mas en casita y la sensación de consumir alimentos calientes. Un te de hierbas después de los alimentos o quizás una sopita o caldo de carne pueden brindar una sensación de bienestar no solo físico sino también mental.

El caldo de huesos o bone broth como se conoce en ingles, es quizás el de mayor alcance a nivel nutricional y el que hoy en dia esta mas de moda. El consumo del consomé de huesos se ha vuelto tan popular que ya en Nueva York abrieron un café que solo vende diferentes tipo de caldo. Según estudios recientes, el caldo de huesos fortalece el sistema inmunitario, reduce los dolores e inflamación de las articulaciones e incluso mejora la salud intestinal. Es delicioso solo o como base de sopas, arroces y otros platos. Es bajo en calorias y relativamente fácil de preparar en casa.

La sabiduría de las abuelas una vez mas se comprueba con las nuevas investigaciones, asi que la tradicional sopita de pollo cuando estábamos enfermos tenia un fin especifico, el de ayudar a nuestro sistema inmunitario a reaccionar de manera mas rápida y efectiva contra las enfermedades.

Aquí les presento algunas razones para el consumo de caldo de huesos:

Protege las articulaciones al brindar glucosamina natural que a diferencia de las pastillas ofrece otros beneficios nutricionales que ayudar a reducir el dolor. El sulfato de condroitina o chonditrin en ingles, que se encuentra en el cartílago por ejemplo, ayuda a prevenir la osteoartritis.

Verse mas joven, debido a su alto contenido de colágeno. Hay estudios que demuestran mejora en la elasticidad de la piel y líneas de expresión.

Dormir mejor Las investigaciones demuestran que la glicina, que se encuentra en el caldo de huesos combate la fatiga y ayuda a tener mejor sueno.

Refuerza el sistema inmunitario, debido a su alto contenido de minerales, Mark Sisson, autor de “The Primal Blue Print”, considera el caldo de huesos un “super alimento” que fortalece el sistema inmunitario.

Restablece y recubre el tracto intestinal, la gelatina en los huesos es conocida por su efecto reparador de los intestinos porosos (leaky gut en ingles). Debido a su efecto sellador, evita las diarreas cronicas, estreñimiento e incluso intolerancias a los alimetos. Fuentes de gelatina son las patas de res, nudillos, entre otros.

Suplemento dietético, es una excelente fuente de aminoácidos esenciales, que juegan un rol importante en el ejercicio diario, ya que ayudan a la recuperación del  musculo y la energía.

Sally Fallon Morell, presidenta de la Fundación Weston A. Price, una organización dedicada a promover los beneficios de los alimentos y la cocina preindustrial, y autora de Nourishing Broth tiene algo que decir al respecto: “Siempre entre muchas culturas se ha sabido que el caldo de huesos le sienta bien al estómago y calma los nervios”.

Despues de todo, el caldo de pollo de la abuelita tenia un efecto reparador insospechado que hoy con la ciencia se viene comprobando en sus diferentes investigaciones. Cabe indicar que debido a la venta de carnes sin hueso con el fin de facilitar la preparacion de nuestras comidas, hemos eliminado un elemento esencial de nuestra cocina, una fuente de nutrientes con poder curativo que hoy buscamos en los suplementos en frasco. Sin embargo, un pequeño cambio en el consumo de carnes incluyendo los huesos puede generar una fuente inagotable de salud y bienestar en nuestras familias.

RECETA DE CALDO DE HUESOS DE RES

Ingredientes:

  • 2 Kg de huesos de res con medula (de preferencia Grass-fed)
  • 4 zanahorias
  • 4 ramas de apio
  • 2 cebollas en cuartos
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de sal (se recomienda sal del Himalaya)
  • 1 cucharadita de pimienta
  • 3 ramitas de tomillo
  • 6 ramitas de perejil
  • 18-20 tazas de agua

Preparacion:

Colocar todos los ingredientes en una crock-pot, agregar agua y llevarlo a cocción alta hasta el punto de ebullición, reducir a fuego lento por 24 horas minimo. Dejar enfriar y colar. Usar dentro de una semana o congelar hasta por 3 meses.

De mi experiencia, recomiendo colocar la crock-pot en el patio para que los vapores de cocción no inunden la casa.


Isela Febres es ingeniera agrónoma y amante de la buena alimentación.

Para contactarla, puedes escribirle al correo electrónico iselafebres@yahoo.com